Bueno, pues aunque sea a última
hora y de refilón, por primera vez, vamos a participar en el Carrusel Bloguero
de Juegos de Rol. Se trata de una iniciativa en la que colaboran diversos blogs
de temática rolera, que se van turnando por meses para hacer de anfitriones.
Cuando un blog ejerce de anfitrión propone un tema sobre el que escribir y
escribe un artículo sobre él. El resto de los blogueros que quieran hablar del
tema propuesto, escriben sus propios artículos, lo publican en su blog y lo
hacen saber, adjuntando el enlace, en los comentarios de la entrada del blog
anfitrión.
Este mes el anfitrión era
Marcos Cueto del blog Enanadas con
el tema “Magos, magia y maguerías en los juegos de Rol”, pero está “missing in
action”, así que la gente de “El Rol de Siempre Online” nos han facilitado su listado de las entradas del Carrusel para que vayamos enlazando allí los artículos.
Así que a lo que vamos…
Cuando una piensa en magia y rol, lógicamente, lo primero que le viene a la mente son los magos. De hecho, hay magos desde el D&D. Allá por 1974, cuando Gary Gygax y unos cuantos amiguetes más, parieron el primer juego de rol, en él, ya había magos. Pero también había otros tipos de personajes que hacían magia: los sacerdotes, los monjes, los bardos, etc. No nos olvidemos que hay muchos tipos de magia, y no toda implica echar rayos por el culo ni tirar bolas de fuego, por citar dos clásicos de la magia rolera.
Mi primera experiencia
con personajes que hicieran magia, fue con de “El Señor de los Anillos” (la
versión simplificada de Rolemaster para jugar en la Tierra Media). En rolemaster (y
por ende, en “El Señor de los Anillos”) hay personajes del reino de las
armas, usadores puros, híbridos y semiusadores. Para entendernos, los
personajes del reino de las armas no
hacen magia en absoluto, son la gente de espada, escudo y a por ellos. La gente
que usa magia puede ser usador puro, es decir, de uno sólo de los tres reinos
relacionados con la magia, que son canalización, mentalismo y esencia; también
pueden ser híbridos, si utilizan dos de estos reinos; o semiusadores, es decir,
los que usan uno de los reinos de la magia pero también son del reino de las
armas, o sea, hacen algo de magia pero también te atizan un espadazo en un
momento dado.
Respecto a los reinos de la
magia, como decíamos, existen tres: esencia (que toma el poder de la esencia de
las cosas), canalización (que extrae el poder de los dioses) y mentalismo (del
poder de la mente del usador de magia).
Como íbamos diciendo, mi primera
experiencia con la magia fue con allá por 1999. Pedro (también conocido entre nosotros como Eru) puso un
cartel pidiendo jugadores para una partida de “El Señor de los Anillos”, los
sábados por la tarde en el Club Draken, del que formábamos parte entonces. Al
sábado siguiente se le presentaron allí 20 personas dispuestas a hacerse ficha,
y el master, ni corto ni perezoso, le hizo la ficha a todos. Nunca supimos
como fue capaz de hacer una partida con 20 jugadores y en una habitación tan
pequeña, que teníamos que levantarnos
para dejar salir a los del fondo cuando querían ir al baño, cada sábado desde
las 5 de la tarde hasta el amanecer, durante año y medio. Pero lo consiguió.
Volviendo a la partida, yo nunca
había jugado a fantástico medieval (era mujer de Mundo de Tinieblas) y andaba
más perdida que un pulpo en un garaje. Alguien comentó que el bardo era el
chico para todo y yo, que en ese momento me estaba leyendo las características
de los rohirrim, me imaginé a una especie de Asurancetourix, con su bandurria
debajo del brazo y rubicunda pinta de Señor de los Caballos. Y así, nació
Krito, el bardo de Rohan, al que bauticé así por un personaje de "La vieja
sirena" de José Luis Sampedro, que acababa de leerme por aquel entonces.
Krito era bardo, y como tal,
semiusador de magia del reino del mentalismo. Es decir, era del reino de las
armas y del reino del mentalismo. Como las tiradas no me salieron muy allá, el
master se apiadó de mí y en el reparto de los objetos mágicos de turno, me dio
una bandurria con un hechizo de sueño, diciéndome: como no tienes media hostia,
cuando te ataque alguien más fuerte que tú, te irá bien dormirle para que no te
mate a la primera de cambio. Por suerte para el grupo, había magos de los de toda la vida, que paliaran la poca experiencia en cuestiones mágicas de Krito: Ingüe, un mago
puro de la esencia albino con cierto parecido a Raistlin (en todos los sentidos,
buenos y malos) y Thylian, un elfo de los puertos grises, de profesión
ilusionista. Con decir que la primera lista de hechizos que abrió, a nivel dos, fue "control del sonido", os hacéis una idea de lo mucho que atacaba el pobre Krito.
En nuestra primera aventura,
Gandalf (sí, ese Gandalf) le mandó formar un grupo de aguerridos aventureros
para investigar un problemilla en el Bosque de los Trolls, a instancia del Rey
Theoden. Y así fue como encontró a los que serían sus compañeros de aventuras.
El primer personaje al que Krito conoció fue a Leanan, una elfa interpretada
por Aurora (Umerue), que ante el consabido “hola, pochola, ¿estudias o
trabajas?” se puso de lo más noldor y casi le suelta una hostia. Esto,
lógicamente, derivó en que dejase de ser para siempre Leanan y pasase a ser la
“elfa pocholina” para todo el grupo.
Krito fue (quiero pensar que aún
es, en algún lugar de la Tierra Media)
un tunante mujeriego, en el fondo buen tipo y hasta cierto punto inofensivo,
que se metía en más problemas de los que podía solucionar: Sufrió una maldición
que le dejó la constitución hecha unos zorros, fue electrocutado por Ingüe
(lanzar un rayo eléctrico a un cocodrilo cuando tus compañeros están dentro de
un pantano, nunca es una buena idea), formó parte del “grupo que mató a los
lobos blancos” (lobos blanco que previamente se merendaron a su mehara) y estuvo
al borde de la muerte en bastantes ocasiones (algunas de ellas directamente
relacionadas con el garrote del padre de alguna moza en edad de merecer). A pesar de ello, siempre conseguía salvar el
cuello, a menudo gracias a la colaboración del otro gamberro del grupo y
compinche de Krito, Indurain, el guardabosques de Agustín (Darth Agus).
Al final, y a esto es a lo que
iba toda esta profusión de batallitas roleras, terminamos haciendo un par de
listas de bardo acordes a los usos y costumbres de Krito, que
todavía guardo con mucho cariño y que me gustaría
compartir con vosotros. Respondían a los sugerentes nombre de "canción del gigoló" y "planificación bárdica", y puedo aseguraros que fueron fuente de muchas risas y de no pocas anécdotas.
Un saludo desde aquí, para todos los elfos que poblaron nuestro bosque. Y por supuesto, gracias a Eru por hacerlo posible.
La mas entrañable y memorable campaña que he jugado en mi vida.
ResponderEliminarFdo: La elfa pocholina
Pues ya sabes, cuando quieras, buscamos las notas que tengamos por ahí y contamos nuestras viejas aventuras.
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