sábado, 9 de noviembre de 2013

El desafío de los 30 días - día 9

9 de noviembre: Tu mayor pifia alrededor de los juegos de rol

Mi mayor pifia relacionada con el mundo del rol, fue aquella época de mi juventud en la que intenté mostrar el apasionante y único mundo del rol a mis amigos no roleros, esperando que al conocerlo, se darían cuenta de que ni somos raros, ni aburridos, ni matamos gente. 

Mi primera intentona al respecto fue con mi grupo de compañeras de la universidad. La cosa vino a raiz de un día en el que bajé a buscar a una de ellas a la cafetería tras terminar mi última clase (ella acababa  antes y me esperaba allí) para irnos a casa, y se me ocurrió meterle prisa diciendo: venga, que he quedado para una partida a las 6 y si no nos damos aire, no llego. Una de las chicas que estaban sentada con ella preguntó: ah, ¿qué juegas al tenis? (por qué relacionó el termino "partida" precisamente con el tenis, es algo que a día de hoy, aún no me explico). No, juego al rol, respondí yo. ¿Es eso que matáis gente? Y se quedó tan fresca. A mi se me pusieron los ojos como a la niña del exorcista y le dije: normalmente no, pero contigo podemos hacer una excepción. 

A raiz de tan emocionante momento, decidí que quizás debería mostrarles a mis compañeras (a la de "¿Es eso que matáis gente?" no, porque era un caso perdido), lo que era "eso del rol". Les monté una aventurilla sencilla de vampiro, por aquello de que todas habían visto "Entrevista con el vampiro" y sabían de que iba. Error. Debían de haber ido a verla porque salía Brad Pitt, me temo, porque no pillaron mucho el argumento.

Fue terrible. No entendían que la gracia del rol está en ir creando la historia, en ir interpretando las escenas, y se limitaban a decirme cosas del tipo: pues averiguo quien es el malo, lo detenemos y ya está. Que como plan no digo yo que esté mal, en serio, pero jamás logré que eso lo convirtiesen en una sucesión de escenas. No conseguí transmitirles ni siquiera la necesidad de hacer alguna que otra tirada de dados, que implicase que las cosas que intentaban hacer saliesen bien o mal.Y por supuesto, ni siquiera terminamos la sesión.

Como soy una chica cabezona, volví a intentarlo con un grupo de antiguos compañeros de instituto, sin ninguna afinidad previa con el rol ni similares, y obtuve idéntico resultado. Creedme, mi confianza en mi misma como master bajó estrepitosamente. Y decidí que quizás, no todo el mundo tiene la predisposición adecuada para esto.

2 comentarios:

  1. Para jugar a rol no hay que tener vocación, hay que tener predisposición y la mente un poco abierta.
    Lamentablemente eso no lo tienen todos xD

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