martes, 12 de noviembre de 2013

El desafío de los 30 días - día 12

12 de noviembre: El enemigo favorito al que te has enfrentado

Es frecuente enfrentarse en alguna partida de rol a enemigos clásicos de la ambientación en la que estés jugando, que vienen ya de serie. Tal es el caso de cuando nos enfrentamos contra Magneto siendo La Patrulla X en el Gurp Superhéroes o aquella vez que jugando a Star Wars D6 vimos llegar el destructor imperial en el que iba Darth Vader y nos faltó tiempo para salir por piernas. 

Pero también existen los malos propios, inventados por el master de turno. Y algunos de ellos,  por obra de la casualidad y del desarrollo de la historia, terminan convirtiéndose en el malo recurrente de la campaña. Y eso es lo que pasó con "el padre de Unamuno".

Unamuno fue un personaje que llevaba Jesús, un compañero de la partida de El Señor de los Anillos, que murió poco después de empezar a jugar con él. Era un joven humano "sin profesión" que nos colocó su padre para que nos lo llevásemos de aventuras y lo entrenásemos en las artes de las armas.

En determinado momento, entramos en una torre con la "sana" intención de enfrentarnos a un hechicero malvado, pero el mago no estaba muy dispuesto a dejarse matar y protegió su torre con un hechizo que te quitaba puntos de vida a mansalva por asalto. Los humanos lo pasamos francamente mal, pero por suerte, Ronin era un guerrero semielfo (por tanto con mayor resistencia a la magia) y consiguió sacarnos de allí.

Primero sacó a Krito, mi bardo de Rohan, al que dejó caer sobre su caballo y lo azuzó para que se alejase del radio de acción del hechizo. Krito nunca volvió a ser el mismo, dado que perdió bastantes puntos de constitución y se quedó con un bonificador de -5, pero al menos, salvó la vida.

Después, Ronin sacó a Unamuno y repitió la operación de subirlo al caballo. Sin embargo, falló al tirarlo sobre la grupa del caballo, y Unamuno se cayó por el otro lado, con tan mala suerte, que perdió los pocos puntos de vida que le quedaban y murió. 

Como somos gente de bien, una vez curadas nuestras heridas, enterramos a Unamuno como se merecía, y Jesús se hizo otro personaje (que por cierto también tuvo una muerte poco habitual, pero esa es otra historia). 

El padre de Unamuno (y lo llamo así porque jamás tuvo nombre de pila), nos culpó de la muerte de su hijo y se dedicó a hacernos la vida imposible a partir de entonces. Encima el buen hombre, además de padre ofendido y cargado de justa ira, también era mentalista, lo que quieras que no, ayuda. 

El padre de Unamuno era una presencia constante en las partidas, pero solía mantenerse en segundo plano, para aparecer cuando ya no lo esperabas. Escalofriante pero mítica fue la vez en la que Leanan, la elfa ladrona de Alkalid Nualdir, estaba sentada en un banco en la plaza del pueblo al que habíamos llegado, y sintió que sus miembros no le respondían. Incapaz de moverse ni de gritar, escuchó como la voz del padre de Unamuno le obligaba a cortarse su propio dedo menique.

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