Cualquier rolero recuerda continuamente montones de historias con sus amigos, así que voy a intentar elegir una que no haya contado en el blog todavía. Así que le toca al dia en el que jugando a El Señor de los Anillos, el master nos hizo una adaptación de "Hércules y las Amazonas" (la de Kevin Sorbo en la que sale Lucy Lawless haciendo de amazona).
El argumento era bastante simple: encontramos un pueblo en el que sólo había hombres y niños, ni mujeres ni niñas. Los hombres nos cuentan que las mujeres se han marchado a montar una comunidad amazona y han pasado de ellos, y nos piden ayuda para hacerlas regresar.
El plan era que los personajes femeninos, que éramos dos, nos infiltrásemos en la comunidad amazona, para averiguar sutilmente sus motivaciones y reivindicaciones respecto a los maridos abandonados, y ver si se podía negociar en terminos aceptables para ambas partes, una tregua. Uno de los personajes masculinos, un mago que llevaba Darthagus, usó su capa de invisibilidad para vigilar el recinto de las amazonas, por si nos veíamos en problemas. Mientras, los personajes masculinos, debían esperar nuestro regreso.
El grupo masculino que se quedaba a la espera (formado por un enano, un bárbaro, un humano y un elfo), eran poco pacientes y decidieron, cuando ya nos habíamos marchado a llevar a cabo lo acordado, utilizar el plan B. Su plan B consistía en hacerse pasar por mujeres y entrar en el poblado de las amazonas.
Ni cortos ni perezosos, se disfrazaron de mujeres. El primer paso fue dejar inconsciente al enano, que se negaba a dejarse afeitar, pelarle las barbas y meterle en un cochecito de bebé, vestido de niña pequeña, con su hacha oculta bajo la manta. Los otros tres "linces", se vistieron de mujeres, con tiradas de disfraz bastante penosas (es lo que tiene tirar con un -25 de base). Al humano no le salió especialmente mal la cosa, pero según el master, los otros dos parecían Conan travestido y Yola Berrocal. Y allá que se fueron.
La amazona que hacía guardia, aun siendo medio ciega, se habría dado cuenta de que eran hombres disfrazados media hora antes de que llegasen su altura, y claro, dio la voz de alarma. Nosotras teníamos ya casi convencida a la jefa de las amazonas de que dialogasen con los hombres, a base de tocarles la fibra sensible, haciendo que se acordasen de sus amados maridos y de sus no menos queridos hijos varones, cuando se lió parda y el plan se fue al garete.
Nuestros avispados compañeros, terminaron atados a unos postes en la plaza del pueblo, donde las vengativas amazonas los dejaron en pelotas, les pusieron unas cuchillas a la altura de ya sabéis que y se dedicaron a bailarles en modo striper, para ver que tal reaccionaban sus cuerpos al baile erótico. Por suerte para ellos, el personaje de Darth Agus, que seguía siendo invisible, les soltó las ligaduras a tiempo, antes de que perdiesen ningún apéndice imprescindible.
Ante la opción de luchar en pelotas y sin armas, o suplicar como nenazas, nuestros viriles compañeros decidieron que la segunda opción era mucho menos peligrosa, y a base de labia, las chicas conseguimos que no los ejecutasen y que accediesen a negociar con sus maridos (que a partir de ahí fueron más rectos que una vela, todo hay que decirlo).
Han pasado más de 10 años y todavía recordamos a menudo: "¿Os acordais cuando estos le afeitaron la barba al enano y lo disfrazaron de niña?" Y el enano replica: "Cabrones..."
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