Lo cierto es que yo pertenezco a la generación de jugadores de rol ya treintañeros largos, que estamos viviendo actualmente nuestro momento "10 años después" respecto a los juegos de rol. Comencé a jugar con 19 años (lo que es una edad un poco tardía si me comparo con mis compañeros de partida, muchos de los cuales llevan jugando desde los 14 años), y de eso ya han pasado otros tantos, por lo que puedo decir sin mentir, que llevo media vida jugando al rol.
Mi futuro respecto a los juegos de rol, que en principio no parece ser que vaya a ser muy distinto a mi presente, o al menos así lo espero, ha implicado un cambio en cuanto a la forma de vivir la afición, pero no respecto al interés por ella.
El rol nos sigue gustando y seguimos jugando, eso sí, con los cambios respecto a disponibilidad de tiempo que implica entrar en la edad adulta y tener que atender a horarios de trabajo, trabajos domésticos y responsabilidades varias. No pasamos de viernes a domingo en el club de rol como hacíamos antes, ni nos vamos de acampada para jugar 4 o 5 días sin parar durante las Pascuas. Pero intentamos quedar siempre al menos un día a la semana, tratamos de acudir a jornadas de rol que se hagan por la zona y compramos material de vez en cuando (normalmente con más prudencia económica que en nuestra juventud).
Y sí, a veces echamos de menos los "viejos tiempos", entre otras cosas porque no hay nada que guste más a un rolero que recordar batallitas, pero también somos conscientes de que cada momento de las vida tiene sus particularidades, y que el presente es el germen de cultivo de las anécdotas roleras que recordaremos con nostalgia en el futuro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario