Lo cierto es que yo no me quedaba hasta el final en las sesiones de El Señor de los Anillos que se jugaban en el Club Draken los sábados por la noche, pero la gente que si lo hacía, jura que algunas veces, al terminar, se iban a comer un bocadillo al Bar San Carlos, que era el primero que abría los domingos por la mañana por la zona, y donde van tradicionalmente a almorzar los jóvenes que salen de marcha.
Teniendo en cuenta que la partida comenzaba a las 5 de la tarde, se efectuaba una parada para cenar de aproximadamente una hora sobre las 9 de la noche y que el consabido bar no habría antes de las 8 de la mañana del domingo, eso nos da un total de 14 horas de juego cada sábado.
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