25 de noviembre: El sitio más extraño en el que has jugado
Todo el mundo hemos jugado en clubs de rol, casas de padres, bajos, garajes e incluso en la casa de la abuela que tu familia ya no usa. Algunos incluso hemos jugado en parques públicos, en la playa, estando de campamento o en la puerta del club de rol para aprovechar la luz de una farola, porque no había presupuesto para dar de alta la luz.
Pero el sitio más curioso en el que yo he jugado fue el Castillo de Sagunto. El Castillo de Sagunto no es un castillo en realidad, sino una ciudad amurallada, que como toda fortaleza que se precie, está en lo alto de una montaña, por aquello de defenderse de los invasores y tal.
Un día, al llegar a casa del trabajo, me encuentro un cartel pegado con celo en el portal. A punto estuve de pasar de él, pero algo me llamó la atención por el rabillo del ojo: la palabra aventureros. Como no es una palabra muy común en los títpicos carteles de se busca perro perdido o doy clases de repaso de matemáticas, me acerqué. El cartel decía así:
"Se buscan aventureros.
Interesados acudir el próximo domingo
a las 10 de la mañana al castillo".
Ese viernes, cuando nos vimos para la partida en el club, comprobamos que todo el grupo se había encontrado con el mismo cartel en la entrada de casa. Y allí que nos fuimos, domingo a punto mañana, en pleno julio, cuesta arriba hasta el castillo, a ver que nos encontrábamos. Llegamos con una sudada monumental y allí estaba Pedro, nuestro antiguo master de El Señor de los Anillos, para entonces ya retirado, sentado en la muralla con una nevera portatil llena de agua fresquita, dispuesto a ofrecerle una última aventura a nuestros viejos aventureros.
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