jueves, 31 de mayo de 2012

1936, Guerra Civil




1936, Guerra Civil es un juego de cartas autoeditado por Arturo García. Además del ingente trabajo que lleva preparar un juego de cartas (y ya que estamos, de cualquier otro tipo), las cartas cuentan con fotografías de la época, que ha ido recopilando de archivos públicos nacionales y además recogen información histórica relacionada. Vamos, una buena oportunidad de repasar nuestra historia reciente y de paso echar unas manos con los amigos, para que luego no se diga que no potenciamos la cultura.

El juego incluye 252 cartas, dividas entre personajes, ejércitos, gestiones, objetivos políticos y objetivos militares. También viene con cuatro tableros (dos tableros de bando, uno político y uno militar), 24 fichas y por supuesto el manual de reglas. Está pensado para dos jugadores, aunque hay una variante que permite participar a cuatro personas. Las cartas de cada bando tienen fondo rojo o azul, los objetivos militares son verdes y los políticos son amarillos. 

Cada jugador deberá componer su baraja con 36 de las cartas, por lo que la selección vendrá marcada por la estrategia de juego que quiera seguir. Cada bando puede ganar la partida de varias formas distintas, mediante victorias políticas, victorias militares, combinación de ambas, o desmoralización del adversario. El autor, en su web, dice que es un juego complejo, pero en cuanto se le pilla el truquillo, es muy jugable.

Ediciones Rotura, que es la editorial que él mismo creó para producir su juego, tiene como único fin la edición de 1936 unidades del mismo. Una vez vendidas, no se producirán más y la editorial concluirá su actividad. Si quieres conseguirlo, daos prisa, porque ya lleva vendidas 1500 unidades. Podéis conseguir una de las que quedan por 36 euros. En la web figuran los sitios donde se distribuye y podréis dar un vistazo a las cartas, tableros y reglas del juego, así como a varias ampliaciones que Arturo ha ido añadiendo.

Desde aquí un saludo para Arturo, y mucho ánimo para todos los que, valientemente, emprendéis el farragoso y arriesgado camino de la autoedición.

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