Los pétalos de Susie

Bueno, esta noche es Nochebuena, como dice el villancico. Eso significa que tendremos, como todos los años, que bregar con los topicazos clásicos del momento: la cenorra que se traduce en que estaremos comiendo sobras durante toda la próxima semana, los parientes a los que sólo vemos en estas fechas, el que se emborracha y termina haciendo el ridículo, el regalo chungo que no lleva ticket para cambiarlo, los polvorones que se pegan al techo del paladar y no se van ni con rasqueta, el turrón ese de colores que no le gusta a nadie (¿cómo se llama?)...

Y sobretodo, seguro que alguien pone la tele en algún momento, y nos toca ver el discurso del rey, algún programa de navidad de esos infumables que preparan las cadenas televisivas, el especial navideño de alguna serie (sobretodo de Los Simpsons, que lo ponen una media de cuatro veces al año), alguna película infantil de niños que creen en Papá Noel y por supuesto, "¡Qué bello es vivir!"

Dicen que en Estados Unidos, no hay ni un día al año, en el que al menos una de las muchas cadenas televisivas que tienen los yanquis, no ponga "¡Qué bello es vivir!" Por lo visto, hace unos años, por un error administrativo de la productora, se les pasó el plazo para renovar los derechos de autor, y debido a tan garrafal metedura de pata, la película es libre y por lo tanto, puede emitirse sin pagar ni un duro de derechos. 

Cuestiones económicas aparte, lo cierto es que en casa de mis padres hasta que no se veía "¡Qué bello es vivir!", parecía que no era navidad. Que si, que vale, que es un cursilada de las de "dios bendiga a América" y que a Frank Capra se le fue un poquito la mano con el azúcar. Pero aún así, hasta que James Stewart no aparecía (como dice mi madre, "en glorioso blanco y negro"), sacando los pétalos de Susie del bolsillo, allí ni dios tocaba un turrón.

Aunque os recomiendo que veáis la original (coñas aparte, una película de Frank Capra siempre es digna de ver), para los que os sintáis navideños pero no tengáis ganas de verla completa, aquí tenéis esta versión en dibujos animados que sólo dura 30 segundos y está protagonizada por conejos. Se trata de una de las muchas películas versionadas por Angry Alien Productions, entre las que podréis encontrar no sólo películas clásicas, sino también modernas.