Como es bastante habitual que me meta con los yanquis, e incluso me he estirado alguna que otra vez con sus primos los británicos, voy a extender mis malas artes a sus primos segundos, los neozelandeses, que de vez en cuando también tienen unos momentos impagables. Para que nadie diga que no tengo amor para todo el mundo.
El sujeto al que podéis ver en la fotografía superior (el de la izquierda, obviamente), es un neozelandés llamado Wynand Mullins, seguramente friki y claramente fan de "La princesa prometida", película de que os hablamos recientemente con motivo de su 25 aniversario.
El hombre no tuvo mejor idea que subirse a un avión de la compañía Qantas con destino a Auckland (Nueva Zelanda) llevando ese pedazo de camiseta que para los que no entendais la lengua de la pérfida albión, dice: "Hola, mi nombre es Iñigo Montoya, tú mataste a mi padre. Prepárate a morir". Vamos, la frase que el actor Mandy Patinkin (el de la foto de la derecha, si) dice así como tropecientas veces en la película y que, según él mismo comentó en una entrevista a la revista New York al año pasado, le recuerdan al menos dos o tres desconocidos al día por la calle.
El hombre no tuvo mejor idea que subirse a un avión de la compañía Qantas con destino a Auckland (Nueva Zelanda) llevando ese pedazo de camiseta que para los que no entendais la lengua de la pérfida albión, dice: "Hola, mi nombre es Iñigo Montoya, tú mataste a mi padre. Prepárate a morir". Vamos, la frase que el actor Mandy Patinkin (el de la foto de la derecha, si) dice así como tropecientas veces en la película y que, según él mismo comentó en una entrevista a la revista New York al año pasado, le recuerdan al menos dos o tres desconocidos al día por la calle.
Bueno, pues por lo visto, en Nueva Zelanda no han visto la película o son extremadamente paranoicos, porque según contó Mullins a varios medios de su país, tras ser uno de los
primeros pasajeros en tomar su asiento y mientras el resto hacia lo
mismo, una azafata le dijo que varias personas se estaban
sintiendo "intimidadas" por su camiseta y si por favor
"podía quitársela".
La cara de poker del tipo debió ser un poema, lógicamente. La cosa es que no llevaba otra camiseta para
cambiarse y la azafatase fue en busca de una para prestarle. Sin embargo, ni regresó, ni tuvo más contacto visual con él durante el resto del vuelo. "No me sorprendería que hubieran puesto a alguien vigilándome todo el tiempo. La experiencia fue algo exagerada pero también cómica", confesaba Wynand, que calificó la reacción de los pasajeros como "un poco tonta".
Un portavoz de la compañía aérea, ha declarado que
no cuentan con ningún historial de lo ocurrido tras haber sido manejada la situación por la tripulación, aunque afirma que la empresa tiene un código de
vestimenta para todos sus pasajeros, especialmente si llevan "slogans
que otros clientes pueden encontrar ofensivos o amenazantes".
La reacción fue muy muy exagerada y estúpida, se llevan camisetas peores y no ocurre nada.
ResponderEliminarPero en fin, cada cual con su tema, y este se les fue de las manos
Jajaja, cuanta incultura hay por el mundo. Por cierto, para aquellos que ven Homeland, que sepan que Iñigo Montoya ha terminado trabajando para la CIA y se llama ahora Saul Berenson jeje
ResponderEliminarNo sin antes ser Jason Gideon en Mentes Criminales, jejeje.
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