Recientemente, un grupo de fans, iniciaron un proyecto para realizar una nueva adaptación de Dragon Ball con el título Dragon Ball: The fall of men. Con un presupuesto de 160 dólares, rodaron un teaser, grabado en dos dias y post-producido en cinco, que pretendía ganar suficiente apoyo entre los fans como para poder llevar a
cabo el rodaje. El argumento estaba basado en la saga de Célula y
tenía a Trunks como protagonista, aunque no corresponde a ninguna de las historias de Toriyama. Se intentó recaudar los 12.500 dólares necesarios para llevar a cabo el rodaje a través de un proyecto de crowfunding en Indiegogo, con diversas recompensas, pero apenas llegaron a 2.000 dólares recaudados, por lo que es poco probable que el proyecto continúe.
Lo cierto es que el teaser no tenía mala pinta:
Lo cierto es que el teaser no tenía mala pinta:
Pero está visto que Dragon Ball está un poco gafado a la hora de las adadptaciones cinematográficas, porque no hay más que repasar las que se han hecho hasta ahora para ver, que dejan mucho que desear.
La primera adaptación fue de origen chino y vio la luz en 1989 con el título de "Dragon Ball: The magic begins". Pretendía ser una versión con personajes reales de la primera película de Dragon Ball, "La leyenda de Shenlong", de 1989. La trama gira en torno a un grupo de héroes liderados por "Niño mono" (Son Goku, vamos) que trata de detener al malvado Rey Cuerno, que pretende hacerse con las "Perlas del
Dragón" que conceden deseos, para dominar el mundo. El Kamehameha aparece con el nombre de "Disparo Tortuga", como en el doblaje chino del anime. Aparte del bajo presupuesto, los efectos especiales cutres y que exceptuando el Maestro Tortuga, los personajes se parecen a los de la serie de Toriyama en el blanco de los ojos, a nivel de argumento, es relativamente fiel al original.
La siguiente adaptación nos la ofrece Corea en 1990 con el título "Ssawora Son o gong, Igyeora Son o gong", que se traduce como "Lucha Son Goku, vence Son Goku", y es tan chunga que hace buena la anterior. Según se dice, no la produjo un estudio de cine, sino un grupo de aficionados. Sea cierto o no, el nivel de cutrerío es incluso superior a la versión china, que ya es decir. Hay que reconocer que la apariencia de los personajes es más similar al original, lo cual que no tiene necesarimente por qué ser algo positivo: se lo han tomado de forma tan literal, que algunos personajes son directamente de peluche (y no, no es una forma de hablar). Lo bueno es que al menos, está planteada como una parodia, porque si encima se la hubiesen tomado en serio, ya sería para morirse.
En 2009 llegó la que supuestamente iba a ser la versión definitiva para la gran pantalla, y que resulto ser tan mala, que por comparación, las cutre versiones asiáticas parecen una maravilla: Dragon Ball Evolution. Se trata de una versión americanizada e institutera, que no sólo no se parece en nada al Dragon Ball de Toriyama, sino que aún olvidándose de eso, resulta absurda e infumable. Según el director, James Wong (un tipo que reconoce haber hecho la película sin conocer la saga), se hizo un guión previo a su inclusión en el
proyecto en el que habían bastantes elementos característicos del mundo de Dragon
Ball, pero los eliminó para respetar el presupuesto, confiando en que podría mostrarlos en futuras secuelas (la idea era hacer una trilogía), dado el éxito asegurado de la película. Huelga decir, que nunca se hicieron las proyectadas secuelas.
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