Sobra decir que esta pasada semana ha sido dura para el
mundo del cine en general, y para el de la ciencia ficción en concreto. El miércoles
nos desayunábamos con el fallecimiento de Ray Harryhausen, maestro de los efectos especiales y del stop
motion, que fallecía a sus 92 años. Harryhausen deje
huérfanos a miles de cinéfilos que se criaron viendo películas como Jason y los
Argonautas o Furia de Titanes (para los jovenzuelos recalcaré que la de 1981,
no la de 2010), en un tiempo en el que los efectos especiales impresionaban y
sorprendían al personal de una forma que, actualmente, quizás, hemos perdido.
En una época en la que los efectos digitales hacen posible
cualquier cosa que el guionista pueda imaginar, las creaciones de Harryhausen
(que por cierto, fue amigo de Ray Bradbury) pueden resultar a ojos actuales simplonas y poca cosa, pero nada más lejos de
la realidad. Escenas como la de los esqueletos de Jasón y los Argonautas, de
unos cinco minutos de duración, eran un auténtico ejercicio de inventiva y paciencia,
que costó más de 5 meses de rodaje, y que en su momento dejó con la boca
abierta a más de uno en el cine.
Gente como Steven Spielberg o Peter Jackson consideran
a Harryhausen su mayor referente, e incluso George Lucas, que en su momento dio
un giro de 180 grados a la industria de los efectos especiales con el uso totalmente
revolucionario de las maquetas en la primera trilogía de Star Wars, ha llegado
a decir que sin Harryhausen seguramente la saga no habría existido.
Por si esto fuera poco, ayer nos levantábamos con la noticia
de que Constantino Romero, maestro del doblaje español, del que ya hablamoshace unos meses con motivo de su retiro, había fallecido a los 65 años. Qué
decir del hombre que ha sido la voz de Sean Connery, Clint Eastwood,
Terminator, Darth Vader o Roy Batty, el replicante de Blade Runner. Frases como
“hasta la vista, baby”, “alégrame el día”, “mi nombre es Bond, James Bond” “he
visto cosas que nunca creeríais” y por supuesto “yo soy tu padre”, quedarán
para siempre ligadas en la memoria de varias generaciones de cinéfilos españoles al
inconfundible sonido de su voz.
Que la fuerza sea con ustedes, maestros.
Dos grandes menos entre nosotros, aunque por suerte siempre nos quedarán sus aportaciones
ResponderEliminarSaludos!!!