Que no más simpáticos... Según un reciente estudio publicado en la
revista Plos One, la lectura de ficción podría afectar a las habilidades empáticas del
lector, provocando un compromiso emocional con
el texto. Para demostrar esto, los científicos llevaron a cabo dos experimentos.
En el primero, reclutaron a estudiantes universitarios y les
asignaron una obra de ficción o no-ficción, al azar. Los participantes
del grupo de ficción leyeron “La
aventura de los seis Napoleones” de Sir Arthur Conan Doyle, de la que se eligieron
pasajes centrados en un individuo determinado, para poder reflejar el
potencial de los lectores para comprometerse con el personaje
protagonista de la historia. Por su parte, los participantes del
grupo de no-ficción leyeron extractos de periódicos.
En el segundo experimento, el grupo de ficción leyó "La Ceguera", de José Saramago y en el grupo de no-ficción, una selección de artículos de prensa de una longitud similar a la lectura de Saramago. Esta vez, se les pidió además, que calificaran sus emociones, positivas o negativas, respecto a la lectura.
Después de ambos experimentos, se detectó que los lectores de ficción se involucraban más emocionalmente en la narrativa y eran más comprensivos, que los lectores de no-ficción. Además, en base al segundo experimento, llegaron a la conclusión de que el grado de empatía no variaba dependiendo de las emociones positivas o negativas que la lectura provocase en los participantes.
En el segundo experimento, el grupo de ficción leyó "La Ceguera", de José Saramago y en el grupo de no-ficción, una selección de artículos de prensa de una longitud similar a la lectura de Saramago. Esta vez, se les pidió además, que calificaran sus emociones, positivas o negativas, respecto a la lectura.
Después de ambos experimentos, se detectó que los lectores de ficción se involucraban más emocionalmente en la narrativa y eran más comprensivos, que los lectores de no-ficción. Además, en base al segundo experimento, llegaron a la conclusión de que el grado de empatía no variaba dependiendo de las emociones positivas o negativas que la lectura provocase en los participantes.
No sé hasta que punto esto puede ser muy fiable o no, pero es interesante pensar que tal vez, la literatura de ficción, además de mostrarnos personajes, épocas y lugares que no conocemos, hacernos vivir aventuras , perseguir misterios y dejar volar la imaginación, sea también capaz de volvernos un poquito más émpaticos,que buena falta nos hace.
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